Año nuevo, nuevo tu, nuevos objetivos. 🥂🍾 Empieza 2024 con 70% de descuento en 12min Premium.
QUERO APROBAR 🤙Operación Rescate de Metas: 70% OFF en 12min Premium
Año nuevo, nuevo tu, nuevos objetivos. 🥂🍾 Empieza 2024 con 70% de descuento en 12min Premium.
Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro:
Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.
ISBN: 9788499984916
Editorial: Editora Independente/Não Encontrada
La esperanza es el objetivo de la existencia humana. No se trata de una situación estática sino dinámica, es decir, que está constantemente en movimiento. Su contraparte es la depresión. ¿Sabes cómo surge y cómo tratarla?
En este libro, Enrique Rojas comparte sus conocimientos para que aprendas a superar este mal tan presente en la actualidad.
¿Qué es, en realidad, una depresión? Esta es una pregunta clave, pues la variedad que presenta este trastorno y las dificultades que el psiquiatra experimenta en su labor diagnóstica hacen que necesitemos precisar el concepto.
En la actualidad, existe un abuso de la palabra depresión, y aunque hay una mayor incidencia en los tiempos modernos, este trastorno ha existido siempre.
Puesto que la enfermedad muestra diferentes manifestaciones de acuerdo con las circunstancias y las características de cada sujeto, nos encontramos ante un término que puede variar según el uso que queramos darle.
Sin embargo, la verdadera depresión es un estado de hundimiento terrible que cualitativa y cuantitativamente es mucho mayor que cualquier decaimiento producido por los avatares de la vida.
El sufrimiento por depresión puede llegar a ser tan profundo que resulte imposible visualizar una salida.
Se puede apelar al término “depresión” o “depresivo” para describir una personalidad, pero también un padecimiento; y también puede utilizarse para referirse a características de algunas cosas, como una película.
Las depresiones son, en sí mismas, un conjunto de enfermedades psíquicas que pueden ser endógenas o exógenas, de hereditarias o adquiridas, cuya sintomatología está presidida por un descenso del estado de ánimo al que se asocian cambios negativos en la conducta, y de manera cognitiva y asertiva.
Dentro de cada una de ellas hay muchos matices, pero todas presentan algo en común: el humor melancólico, el dolor moral, un sufrimiento psicológico que es mezcla de profunda infelicidad y una tristeza honda que es vivida como la incapacidad para proyectarse en el futuro.
Estas enfermedades aparecen cuando somos conscientes de la suma entre nuestra experiencia y nuestros recuerdos, y los proyectos y expectativas que albergamos. La depresión presenta una ruptura en este puente y es allí cuando comienza a manifestarse.
Las depresiones se presentan bajo muy distintas apariencias y pueden ofrecer cuadros singulares de acuerdo con su capacidad para hacerse crónicas o su asociación con un trastorno obsesivo.
Algunas de ellas son:
Dentro de todas estas hay reacciones normales, ante la muerte de un ser querido, por ejemplo, una ruptura o el distanciamiento de alguien muy cercano debe producir tristeza. Su duración e intensidad dependerán de muchos factores; entre otros, de la fortaleza de la personalidad y la capacidad de superar adversidades importantes.
La depresión crónica consiste en la perseverancia de la sintomatología clásica de la depresión por un periodo de dos años como mínimo. También se ha hablado de depresión farmacorresistente, depresión refractaria o de formas depresivas sin respuesta terapéutica.
Muchas depresiones se hacen crónicas por un fallo en el tratamiento. La importancia de hacer un diagnóstico correcto y saber qué tipo de antidepresivo debemos elegir es esencial. Son muchas las variables que entran en juego para escoger el medicamento correcto.
Distinguir entre una depresión crónica y una residual es uno de los retos de la psiquiatría contemporánea.
Mientras que una depresión crónica presenta un curso prolongado que puede darse a partir de la primera fase depresiva, en el caso de las residuales ya se han producido numerosas fases. Suelen presentarse en edades más avanzadas, sobre todo en personas que han atravesado numerosos episodios depresivos a lo largo de su vida.
Esta depresión parte de los residuos que se han ido acumulando en el paciente a lo largo del tiempo. Es muy normal que el paciente ni siquiera recuerde las causas de su tristeza original.
Esta modalidad tiene sus características propias. Las ideas obsesivas constituyen un núcleo básico de la enfermedad obsesiva. Tienen un carácter intruso y actúan de forma extraña, rara, insólita, repetitiva, machacona, parásita, insistente, con dificultad para poder controlarlas.
Con frecuencia, el paciente trata de combatirlas fabricando rituales que de alguna manera compensan este estado. Esas ideas son pensamientos, imágenes e impulsos persistentes que desaparecen y vuelven a asomar, lo que produce una ansiedad significativa.
El enfermo se da cuenta de todo lo que sucede en su escenario mental, pero no puede combatirlo, y algunos intentos por neutralizarlos le conducen a llevar a cabo actos o a tener pensamientos diversos.
Pensar que una depresión obsesiva puede corregirse exclusivamente con medicación es incorrecto. Se necesita un especialista en estos casos.
Hay una clara relación entre hormonas femeninas y depresión. Este es uno de los factores de riesgo. Por él, fundamentalmente, la mujer es más vulnerable a la depresión y puede padecerla más a menudo.
Existe una estrecha relación entre la función hormonal y los trastornos del humor, dándose en cada uno de los periodos de la vida genital de la mujer, como son el premenstrual, la ovulación, el embarazo, el postparto y el climaterio.
En esas circunstancias los cambios bioquímicos son obsesivos, así como la disminución o pérdida de la libido.
En el síndrome de tensión premenstrual se asocian síntomas físicos diversos: dolores de cabeza, en la nuca, mastodinia, dolores abdominales, dolores lumbares, cansancio, tristeza, llanto, grandes cambios de humor.
También a causa del embarazo la mujer puede padecer depresión, sobre todo un mes antes del parto, y esto dependerá de si se trata o no de un embarazo deseado, las condiciones en la que la mujer vivió su embarazo y en la ansiedad que le provoque tener al bebé.
Los casos en los que la mujer embarazada padecía de depresión solían resultar complejos debido a los riesgos que la medicación podía implicar para el bebé, y por ello el único tratamiento considerado viable era enviar a la mujer embarazada a terapia.
Hoy sabemos que los riesgos de tomar antidepresivos durante el embarazo y la lactancia no son tantos comparados con las ventajas, según los últimos trabajos y estudios de investigación.
La depresión postparto tiene mucho interés y se da en las primeras cuatro semanas después del parto. Los primeros síntomas suelen mezclar tristeza y decaimiento con un rechazo hacia el bebé que a veces se asocia con sentimientos de incapacidad para quererlo de cara al futuro.
Es de gravedad moderada, aunque también tiene sus excepciones.
También se encuentra la menopausia como uno de los momentos en los que la mujer puede padecer un cuadro depresivo, aunque no siempre se le asocia a ello.
En los últimos años, se ha popularizado la expresión “estar quemado”, concepto que resulta necesario aclarar, puesto que al utilizarse con frecuencia ha visto desdibujado su significado y se emplea de forma imprecisa.
Sus características fundamentales son:
El cansancio es un síntoma muy frecuente y generalmente pasajero. Sin embargo, un grupo minoritario se queda anclado y padece una fatiga persistente que se va instalando sin que se acompañe de anemia, hipotiroidismo ni ninguna otra infección o cuadro clínico somático que lo explique.
Por lo tanto, el burnout o “estar quemado” significa un gran deterioro profesional acompañado por absentismo laboral, rotaciones frecuentes de trabajo, ansiedad, miedos diversos, depresión e incluso el deseo de abandonar el empleo.
Todo inicia con un cansancio psicológico que aumenta poco a poco hasta presentar los síntomas ya mencionados.
El estrés es la versión moderna de la ansiedad, y consiste en un ritmo trepidante de vida sin tiempo para nada más que para trabajar y estar permanentemente desbordado de trabajo, por la dificultad para decir que no ante las grandes demandas de tareas profesionales que suceden como en un carrusel.
En el "estar quemado", la vivencia laboral es negativa y todo se vuelve absurdo y sin sentido porque falla el sistema.
La primera tarea debe ser establecer qué clase de depresión ha sido diagnosticada. Hoy, la palabra depresión tiene una utilización excesiva, que ha conducido de alguna manera a llamar depresión a casi todo tipo de sufrimiento.
De ese modo, se confunden criterios, y eso puede llevar al uso de antidepresivos cuando el paciente puede tener otra cosa distinta.
La práctica clínica es la gran maestra, pues enseña lecciones que no vienen en los libros. El lenguaje de las palabras debe ser desentrañado en los libros para esclarecer qué se esconde debajo de él.
El conocimiento minucioso de las distintas formas depresivas nos ha llevado a diagnosticarlas más y precisar qué modalidad tenemos delante.
Debemos establecer cuatro grandes bloques de tratamiento. En primer lugar, la farmacoterapia, que no solo se refiere a los antidepresivos, sino también a las técnicas electroconvulsivas, la estimulación magnética y las curvas del sueño.
A continuación, la psicoterapia, que consiste en diversas técnicas que van desde el apoyo hasta otras más elaboradas.
En tercer lugar, la laboterapia; una persona sin trabajo tendrá más dificultades de superar su depresión, eso se tiene que tener en cuenta.
Y finalmente, la socioterapia; la soledad y el vivir en grandes ciudades con mínimas relaciones suele dar lugar a vidas depresivas. La socioterapia requiere estrategias que mejoren las relaciones interpersonales, en un amplio abanico que abarca la vida conyugal o familiar, y establecer una sana y equilibrada vida social.
Allí, la realidad clínica nos hará ver qué es lo más correcto y cómo llevarlo a cabo.
La esperanza es el auténtico eje de la existencia. Es una suma de ilusión por completar nuevos proyectos, expectativas por un futuro siempre enriquecedor y fe en trascender las propias limitaciones.
La esperanza es el resumen de la confianza que tenemos en nosotros mismos y en los demás, es el lazo que une presente, pasado y futuro en una sucesión productiva y satisfactoria.
Es una auténtica columna vertebral de la vida y la felicidad, que constituye ese fin abstracto que perseguimos; la esperanza y la felicidad no son estados permanentes, hay que comprender que la existencia es una suma de proyectos.
No siempre tendremos éxito, pero la esperanza nos dará ánimos para superar las adversidades y los fracasos. Ten esperanza y podrás dejar la depresión atrás.
Si quieres saber cómo pasar al lado contrario de la tristeza, en “La búsqueda de la felicidad”, de Victoria Camps, encontrarás un viaje muy fructuoso que te ayudará en ese objetivo.
Al registrarse, tú ganarás un pase libre de 7 días gratis para aprovechar todo lo que el 12min tiene para ofrecer.
Nació en Granada, España en 1947. Es docente de Psiquiatría y dirige el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas en la ciudad de Madrid. Combina ambos cargos... (Lea mas)
De usuarios ya transformaron su crecimiento
Media de calificaciones en la AppStore y Google Play
De los usuarios de 12min mejoraron sus hábitos de lectura
Crece exponencialmente con acceso a la valiosa información de más de 2500 microlibros de no ficción.
Comienza a disfrutar de la amplia biblioteca que 12min tiene para ofrecer.
No te preocupes, te enviaremos un recordatorio de que tu prueba gratis está acabando.
Fin del período de prueba.
Disfruta de acceso ilimitado durante 7 días. Utiliza nuestra aplicación y sige invirtiendo en tu desarrollo. O solo cancela antes que pasen los 7 días y no te cobraremos nada.
Comienza tu prueba gratuita¡Ahora puedes! Empieza su prueba gratis en 12min y encuentre a los mejores best-sellers de no-ficción.